Y entre libro y libro llegó a mis manos, por
esas cosas de la vida, un delicioso librito lleno
de memorias y recuerdos de épocas en las que
éramos "más jóvenes": "Inventario del Paraíso",
de Víctor Colden. Aquí mi reseña del mes de
junio de 2019.
http://citaenlaglorieta.blogspot.com/2019/06/resena-de-inventario-del-paraiso-de.html
Víctor Colden
(Madrid, 1967), es Licenciado en Filología Románica. Desarrolla su carrera
profesional en el ámbito de las bibliotecas, la edición y los derechos de
autor. Ha realizado varias traducciones del inglés y del italiano, y es autor del
relato inédito “Veinticino de hace vienticino” y de unas “crónicas personales del
idioma español” recopiladas bajo peculiar seudónimo en su web “Cuaderno de
lengua”. Actualmente trabaja en un libro de prosas que va publicando en la
revista FronteraD con el título “Gazeta de la melancolía”. Está vinculado a la
ciudad de Málaga a través de su familia materna. “Inventario del Paraíso”,
publicada por la editorial jerezana “Libros Canto y Cuento” es su primera novela
y puede decirse que el maravilloso título del libro y su austera portada
concuerda con su contenido.
Si en frío la palabra
inventario tiene entre sus acepciones en el Diccionario de la RAE ser una
“relación circunstanciada de bienes cuya titularidad está atribuida a cualquier
sujeto público o privado …” Víctor Colden no relaciona bienes ni les atribuye
una titularidad. Por el contrario, lo que hace Colden con su novela es relacionar
un inventario de recuerdos: sentimientos, olores, historias, sabores, sonidos,
canciones, lecturas, juegos … incluyendo en cada uno de los capítulos pequeñas historias
relacionadas con su título y con la huella que queda en el alma por las
vivencias que le dejan. Cada uno de los recuerdos detallados en los diversos
apartados están relatados de tal forma que se pueden sentir y a veces los aroma
de tal forma que se pueden oler. En ocasiones son recuerdos casi tangibles,
parece que pueden asirse con la mano, otras etéreos y no asibles. Lo cierto es
que todos son permeables en cuanto que leyendo sus páginas nos hace sentir en
dos dimensiones: la presente como lector y la protagonista imbuida de
recuerdos. La particularidad radica en que, como bien dice el título del libro,
el inventario es de un paraíso: el de su Málaga de vacaciones, el de su Málaga
de familia, el de su Málaga de infancia. Sin embargo y aun siendo sus
vivencias, las deja libres y las sublima para que no sean exclusivamente suyas,
permitiéndonos entrar a formar parte de su historia en cuanto que la hacemos
nuestra.
Somos varias
las generaciones de españoles que pasamos la infancia y parte de la juventud en
un país que resurgía de las consecuencias de un atraso generalizado y de una
guerra civil y que atisbaba un presente y un futuro lleno de cambios. Vivimos
una sociedad en estado de “transformación latente”. Mientras tanto la vida
seguía siendo lenta, sobria, digamos que sosegada si se la compara con la
actual y, en cierta forma, esperanzadora. Estaba compuesta por veranos largos y
singularmente aburridos, donde el tiempo se regodeaba en sí mismo. Esas
generaciones crecimos (quiero pensar que afortunadamente) sin redes sociales,
sin internet, sin móvil (¿sin móvil? sí, sin móvil), con dos canales de
televisión (¡incluso en blanco y negro!) y sobre todo, sin centros comerciales
donde acaparar tanto como no necesitamos.
A mi entender
como lectora, es un libro para leer en pequeñas dosis, deleitándose con el
recuerdo de paraísos o con recuerdos de un paraíso. ¡Hay tanto de nosotros
reflejado en este inventario! Víctor Colden sintetiza en su obra un inventario
de recuerdos y nos permite creernos que “lo que se va no se va del todo si se
cuenta”. Todos tenemos un paraíso en el recuerdo. Unos están hechos de etapas
de vida, otros de momentos vividos. Unos son fugaces como las estrellas;
algunos parece que fueran infinitos y que los llevamos inyectados en la sangre;
otros son genéticamente inherentes a nuestro ser (como bien dice del aceite: “la afición a ese líquido denso, verde y
dorado, que tenía que venir de muy atrás, estar grabada en los genes.”) A título
personal pienso a veces que sin ellos y sin los libros no habría podido vivir,
pero de lo que sí estoy segura es de que forman parte de mí: la de veces que
soñé cómo serían el brezo y los páramos ingleses y cómo me enfadaba el timo de
los libros de manualidades … Mis preferidos, por razones que no procede exponer
aquí: “Palabras”, “Historias”, “Sonidos”.
Gracias a
Víctor Colden podemos recrearnos en la sencillez de la memoria y abandonarnos
en el recuerdo de un tiempo más lento. Y por suerte la memoria es selectiva.
Como dijo el gran Gabriel García Márquez: "La memoria del corazón
elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio,
logramos sobrellevar el pasado". Me permito completar al maestro: no sólo sobrellevar el pasado, sino
también vivir el presente y esperar el futuro, pues ¿qué sería de muchos de nosotros
sin esos paraísos a los que agarrarnos?
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