DESASOSIEGO
Paseando por Twitter me enteré que recientemente en Lisboa se ha reabierto la Casa de Fernando Pessoa, tras una completa
renovación. En su corta vida vivió en numerosos inmuebles pero es en ésta en la
que permaneció quince años. Ahora alberga su museo.
A
los que amamos Portugal y sobre todo Lisboa leer este tipo de noticias nos trae
un fado de música de fondo, la imagen del río Tajo en su inmensidad, el color
de la tarde sobre la ciudad y el “Libro del desasosiego”.
Llevaba semanas intentando encontrar una palabra
definitoria del estado de ánimo en el que me encuentro. Pessoa me la ha
proporcionado. Por esas conexiones internas del cerebro, y quiero pensar que
también del corazón, la reapertura de la Casa Museo de Pessoa me ha llevado
directamente a su obra el “Libro del desasosiego”. Paradójicamente me ha
producido sosiego el poder definir como desasosiego el singular estado en el
que me hallo.
En estos últimos meses tan difusos, algo surrealistas
e inseguros, llenos de incertidumbres, no cabía ni siquiera aplicar, recordando
a Campoamor, ese principio relativista que tanto ayuda para asentarse y dejar
pasar la vida diciéndose a una misma que nada es verdad ni es mentira sino que todo depende del cristal con que se mira. Ya ni siquiera me fío del cristal. Así que
Pessoa, que siempre ayuda, lo ha vuelto a hacer.
Confieso que prefiero los poemas de Pessoa, que
leo esporádicamente para luego dejarlos volar. También lo hago con Antonio
Machado y algún otro. Coges uno, te recreas con él o en él y luego lo dejas
volar, para que siga perteneciendo al país de las letras encantadas. Sin
embargo es inútil sustraerse a un título tan preciso como “El libro del
desasosiego”, máxime si todo a tu alrededor y más allá parece impregnado de un
halo indefinible no muy halagüeño, incluso aquí, en el sur de España, donde el
otoño se retrasa y la luz se niega a desaparecer.
Pessoa plasma en este libro sus divagaciones,
reflexiones, ensueños, incertidumbres, en medio de su vida cotidiana e imagino
que en ocasiones tediosa, dejando escritos pasajes íntimos. Pessoa lo ha conseguido de nuevo. Debo asumir que me siento en un estado de “febril desasosiego”.
No obstante, y en el afán de agarrarme a la vida,
seguiremos intentándolo, también con Pessoa:
“Para ser grande, se entero: nada
tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
en lo mínimo que hagas
Por eso la luna brilla toda en cada lago,
porque alta vive.”
claro que el desasosiego no se puede tocar, ni medir, ni embridar..... por eso te pido que no dejes de escribir ........…..comme si seul l’impossible était un vrai texte, j`écrirai sur toi pour que tu deviennes la distance et je t’écrirai pour que je devienne le temps…..
ResponderEliminar¡¡¡ Ohhhh la la !!! Me has dejado sin palabras. Si acaso y en honor a Francia te responderé con un "siempre nos quedará París", aunque la película no sea francesa ;-)
EliminarBuena descripción de la realidad actual
ResponderEliminarQue forma tan poética de describir. Estoy recreandome en estas reflexiones tuyas , que las hago mías sin el mérito de tu exposición, tan visual.
ResponderEliminarMe ha encantado . Gracias por descubrirme esta frase : sé todo en cada cosa . Asi sea .
Muchas gracias
EliminarBien escrito, bien pensado..y veo un halo de tristeza en tus palabras...aunque con desasosiego, debemos mirar para adelante y esperar que la situación actual vuelva a la normalidad de verdad!!! Entonces hablaremos de esperanza, de ilusión y de ánimo!!!
ResponderEliminar¿La tristeza implica desasosiego? ¿el desasosiego lleva implícita la tristeza? ... filosofemos ... por lo demás los versos últimos son reflejo de mucho, aunque no hagan desaparecer el desasosiego
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