Que me encanta la literatura y que la llevo en las venas lo saben quienes me conocen (y creo que también los que no me conocen). Mi queridísimo Javier Alonso García-Pozuelo me invitó a participar en su Semana Negra en la Glorieta, encuentro digital (y en ocasiones cuando no hay pandemia ... en parte presencial) en el que confluyen artículos, reseñas, tertulias y otras manifestaciones derivadas de ese gran invento llamado "libro".
Y así este año, entre tantos genios y sesudos intelectuales de la novela negra, principiando por el jefe de todo esto, he tenido el lujo de contribuir con una novela más bien corta, pero intensa, de índole histórico-judicial, escrita por un colega alemán. La recomiendo.
Desde aquí y coreando lo que suelen decir los colaboradores de esta Semana: "Larga vida a la Glorieta".
Si pincháis en el enlace podéis leer el precioso recuerdo a las jornadas presenciales del pasado año en Málaga y curiosear entre las participaciones de esta convocatoria.
https://citaenlaglorieta.
EL CASO COLLINI
FERDINAND VON SCHIRACH (Múnich,
Alemania, 1964), es escritor y jurista alemán. Hijo de un comerciante de
Múnich, su abuelo fue Baldur von Schirach (1907-1974), jefe de las Juventudes
Hitlerianas y Gauleiter de
Viena que fue condenado a veinte años de prisión en los juicios de Nuremberg.
Su bisabuela estadounidense es descendiente de dos de los signatarios de la
Declaración de Independencia de los Estados Unidos y de los padres fundadores
de los Estados Unidos, los peregrinos del Mayflower.
Cursó estudios de derecho en la ciudad
de Bonn, y desde 1994 ejerce como abogado especializado en derecho penal en
Berlín, donde se ha ocupado de algunos de los casos más notorios de los últimos
años en Alemania y que más interés han suscitado en la opinión pública.
Es autor de varios libros de cuentos centrados en el crimen, basados en casos que han pasado por su despacho. En 2011 publicó su primera novela, El caso Collini (“Der Fall Collini”), fenómeno editorial que alcanzó el segundo puesto en la lista de los libros más vendidos.
El caso Collini comienza en un
céntrico hotel berlinés. Fabrizio Collini, hombre de edad madura, común y
anodino, entra en el vestíbulo, y haciéndose pasar por periodista acude a la
habitación de un importante y afamado empresario alemán, al que el visitante,
sin mediar palabra, descerraja cuatro tiros en la cabeza, y después de ello le
pisotea con saña, dejando un reguero de sangre en el escenario. A continuación baja
al recibidor del hotel, hace llamar a la
Policía y se sienta a esperarla.
Caspar Leinen es un joven abogado
que acaba de comenzar a ejercer. Después de pasar por diversas pasantías en la
oficina del Fiscal y en juzgados varios, lleva escasas semanas con su despacho
abierto. Una mañana de domingo del mes de mayo es llamado para hacerse cargo de
un asesinato dentro del sistema de guardias del Turno de Oficio.
El presunto asesino, Collini, es
italiano de nacimiento, emigrado a Alemania en la que reside desde hace
décadas, soltero, solitario, trabajador durante muchos años en una fábrica y ya
jubilado. No tiene amigos ni familia, ni apenas conocidos. Se niega a dar
cualquier tipo de explicación sobre lo ocurrido. A ello se une que el asesinado
es el patriarca de una familia a la que Leinen conoció y en cierto modo
perteneció años atrás, y al que estuvo muy unido personalmente, y la aparición
en escena de la única nieta del fallecido, Johanna.
La acusación particular está
representada por Mattinger, abogado de renombre, curtido, con mucha experiencia
y gran conocedor no sólo del Derecho y las leyes, también de la vida y sus
avatares. En lugar de verlo como un contrario, el gran abogado, sea por pena,
por creerse superior, por condescendencia o simplemente por divertimento, se
acerca a Leinen, conversa con él, le invita a eventos e incluso le aconseja: “… le había dicho que tenía que pensar, que las respuestas siempre
estaban en el sumario, que sólo había que leerlo bien.”
Leinen está perdido. Durante la
instrucción adquiere renombre en el mundo judicial y sigue visitando a su
defendido, pero no tiene hilo del que tirar. Los hechos son meridianamente
claros y el acusado permanece en un profundo mutismo. “Cómo defender a un hombre que no quiere defenderse, se decía Leinen”.
Comienzan las sesiones del juicio y sigue sin tener
ni idea de cómo afrontar el caso. Hasta que una rutinaria conversación con su
padre, aficionado a la caza y a las armas, le permite vislumbrar un rayo de luz
en las tinieblas. Aprovechando un aplazamiento en el desarrollo de las vistas se
dirige a Luisburgo donde durante varios días, en una febril actividad
intelectual, se sumerge en archivos llenos de documentos que se remontan a la
Segunda Guerra Mundial y a los años posteriores.
Y entonces empieza realmente la trama
de la novela: el desarrollo del juicio se centra en ese periodo de la historia intercalando
entre sesión y sesión hechos decisivos en la vida de su defendido que se
remontan al año 1943, cuando Collini tenía nueve años, y se ubican en los
alrededores de un pequeño pueblo genovés, durante la dominación nazi.
Pero Von Schirach va más allá y nos
ofrece una visión histórica, recuperando el ambiente del periodo de ocupación
nazi y de las décadas de los años cincuenta
y sesenta del siglo XX: el dictado de leyes que absolvieron a nazis de segundo
rango, la reforma del código penal a manos del fiscal y ex nazi Dreher que
determinó la prescripción para determinados crímenes, el derecho internacional
vigente durante la II Guerra Mundial que permitía el fusilamiento de rehenes, o
como las generaciones posteriores, hijos, pero también nietos de los nazis,
quedaron consternados y tuvieron que hacer frente a cómo sobrellevar y
enfrentar su pasado. Indudablemente narra una historia en la que en cierta
forma él mismo es partícipe desde un punto de vista vital, filosófico y moral.
De esta manera el autor nos lleva a
cuestiones mucho más densas y profundas: los derechos civiles, la amnistía, la
herencia del pasado y la revisión histórica, el derecho de defensa, la idea de “Justicia”
en su contraposición a la legislación vigente en cada momento, la garantía que
para el ciudadano tienen los derechos fundamentales frente al exceso de poder
del Estado, el desarrollo del derecho para dar respuesta a la evolución de la
sociedad y a sus necesidades. Y Von Schirach lo hace sin prejuzgar abiertamente
ni establecer dogmatismos sino dejando libre al lector a través de una novela
fascinante y entretenida, concisa y precisa en su terminología y en su
desarrollo.
Tomándome una licencia en esta
reseña, quisiera terminar, en un pequeño guiño a mi profesión, con una frase de
la novela que me hizo sonreír, en la que la nieta del asesinado, Johanna, le
dice a Leinen:”¿Por
qué lo has estropeado todo? Tu oficio es espantoso.” Es un punto de vista.
Afortunadamente no es el mío.
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